Ultimos días del BAFICI
Ya se han exhibido todas las películas en competencia. Y esta tarde se darán a conocer los ganadores. Lo último que pudo verse en la Competencia Internacional fueron tres películas provenientes de Uruguay, Japón e Inglaterra.
Tanta agua, de Ana Guevara y Leticia Jorge sigue el curso de un viaje algo forzado de veraneo de un padre separado con sus dos hijos, a los que ve poco. Los planes de paseo quedan aguados por una lluvia persistente que los obliga a sostener uns tensa convivencia en un complejo turístico.
The town of the whales, de la directora Keiko Tsuruoka, pone su mirada en tres adolescentes que terminan el secundario y emprenden un viaje revelador. Algún guiño al cine de Takeshi Kitano y un buen manejo de los recursos no alcanzan para desmarcarse del lugar común.
Berberian sound studio, de Peter Strickland, es un atractivo canto de amor al diseño sonoro en el cine, lleno de guiños al género conocido como «Giallo» el cine de suspenso italiano. Un prestigioso ingeniero de sonido, interpretado a la perfección por Toby Jones (gran candidato a un premio) es invitado a trabajar en un estudio italiano para la grabación y mezcla de una película de la que no sabe nada. Un halo de misterio envuelve al lugar y los personajes que lo habitan. Una atractiva ambigüedad confunde la trama con la película dentro de la película.
Pero no todo pasa por la competencia. Las retrospectivas permiten descubrir nuevos directores y reencontrarse con otros, como Adolfo Aristarian, presente en cada una de las funciones que abarcaron toda su filmografía y que permitieron redescubrir, entre otras, Ultimos días de la víctima, cuyo estreno en 1982 fue completamente opacado por la guerra de Malvinas. La película es de lo mejor que produjo el cine argentino y justo en su peor etapa. Y una copia restaurada le pudo dar al director su bienvenido tiempo de revancha.
Por Fernando Herrera para el Diario La Capital