A modo de balance del Festival
Terminó un Festival que será recordado por su celebrado regreso a la presencialidad plena. Un público muy entusiasta y participativo aplaudió no solo cada una de las películas exhibidas sino también los videos introductorios (como el compartido a continuación).
Hubo una gran ganadora en la competencia internacional, que fue Saudade fez morada aqui dentro, y premios importantes para Tres hermanos (sobre todo), La uruguaya, El rostro de la medusa, Los de abajo y There there. Premios distribuidos entre varias películas, que es una práctica habitual, pero que también señalan una competencia pareja. En las otras competencias las ganadoras fueron Trenque Lauquen, Sobre las nubes y Geographies of solitude. Lo primero que se puede decirse es que es estos 9 títulos mencionados hay 5 argentinos y uno más que es coproducción con argentina.
He hablado bastante de las películas vistas, aunque se podrían mencionar algunas más de las que estaban fuera de competencia y son muy recomendables como El prodigio, de Sebastián Leilo o Las bestias, de Rodrigo Sorgoyen, pero es mejor cerrar estas reseñas volviendo al principio, a todo lo que está más allá del cine y que es tan importante para resignificarlo.
Y es por eso el último párrafo estará enfocado en las actividades especiales, con visitas que quizás no tuvieron el fulgor de otros años pero que se brindaron a charlar generosamente, el cine al aire libre en Villa Victoria, las películas mudas restauradas con música en vivo, la presentación de libros, la bienvenida Encuesta de Cine Argentino y los encuentros y fiestas varias que acompañaron al Festival y le devolvieron su carácter celebratorio.
La despedida es con un video en homenaje a esos momentos.