Category: Mar del Plata 2022


A modo de balance del Festival

Terminó un Festival que será recordado por su celebrado regreso a la presencialidad plena. Un público muy entusiasta y participativo aplaudió no solo cada una de las películas exhibidas sino también los videos introductorios (como el compartido a continuación).

AnecdoFavio grabado directamente en sala

Hubo una gran ganadora en la competencia internacional, que fue Saudade fez morada aqui dentro, y premios importantes para Tres hermanos (sobre todo), La uruguaya, El rostro de la medusa, Los de abajo y There there. Premios distribuidos entre varias películas, que es una práctica habitual, pero que también señalan una competencia pareja. En las otras competencias las ganadoras fueron Trenque Lauquen, Sobre las nubes y Geographies of solitude. Lo primero que se puede decirse es que es estos 9 títulos mencionados hay 5 argentinos y uno más que es coproducción con argentina.

Lita Stantic en el Museo MAR

He hablado bastante de las películas vistas, aunque se podrían mencionar algunas más de las que estaban fuera de competencia y son muy recomendables como El prodigio, de Sebastián Leilo o Las bestias, de Rodrigo Sorgoyen, pero es mejor cerrar estas reseñas volviendo al principio, a todo lo que está más allá del cine y que es tan importante para resignificarlo.

Y es por eso el último párrafo estará enfocado en las actividades especiales, con visitas que quizás no tuvieron el fulgor de otros años pero que se brindaron a charlar generosamente, el cine al aire libre en Villa Victoria, las películas mudas restauradas con música en vivo, la presentación de libros, la bienvenida Encuesta de Cine Argentino y los encuentros y fiestas varias que acompañaron al Festival y le devolvieron su carácter celebratorio.

La despedida es con un video en homenaje a esos momentos.

En esta última parada del viaje marplatense nos detendremos a señalar trabajos que quedan en los márgenes del Festival y suelen ser tener menos lugar en las reseñas.

Ls cupúla del Hotel Provincial

«Llegar con los ojos abiertos a la mirada final,

como un estandarte que no se avergüenza.

Aunque los ojos abiertos tengan que cerrar muchas cosas.

Lo visible es un adorno de lo invisible.

Apagar una luz me deslumbra más que encenderla»


Roberto Juarroz

Este texto es utilizado (entre muchos otros) por Lois Patiño en su corto El sembrador de estrellas. Patiño es un creador de fascinantes texturas visuales y sonoras y en su último trabajo superpone textos de autores reconocidos (Borges, Beckett, Sontag, Machado) con hipnóticas imágenes nocturnas de Tokio.

El sembrador de estrellas

Los riesgos que toma Adriana Lestido son bastante más concretos, 8 meses de inhóspita estadía en la zona ártica para concretar la árida belleza de Errante, que contó con producción de Lita Stantic (estuvo en Mar del Plata dando una Charla de Maestros en el Museo Mar y elogió reiteramente este trabajo).

Errante

Por último, Pacifiction, del Albert Serra aúna lo mejor de dos mundos, aunque parezca suceder en otro mundo, el de las islas de Tahití, con mucho de paraíso perdido. Texturas visuales más propias del cine no-narrativo pero con algo muy concreto que sucede y un personaje central muy bien deifinido que deambula por lugares de ensueño pero se mantiene alerta.

Mañana terminamos este viaje con un breve balance del Festival.

No todas las películas se proponen reinventar el cine (afortunadamente, porque hay que recordar que el cine ya inventado puede ser también muy bueno). Por supuesto que un festival es el lugar ideal para priorizar el riesgo, pero en un evento tan grande siempre hay espacio para todo. En esta entrega nos ocuparemos de algunas películas fuera de competencia que confirman el talento de sus directoras y de una película que podría ser la sorpresa del festival.

Un beau matin

De Mia Hansen-Love pudo verse Un beau matin («una bella mañana»), con paso previo por Cannes. Trata de una mujer (Léa Sedoux) que debe afrontar la enfermedad neurodegenerativa de su padre (el gran Pascal Gregory). Tema doloroso pero encarado con sensatez y sentimientos, y hasta cierta luminosidad que hace todo sea llevadero.

Otra de las directoras más importantes de la actualidad es Carla Simón. Su último trabajo, ganador en el Festival de Berlín, confirma por si hacía falta todo lo bueno que ya había demostrado en Verano 1993.

Alcarrás refiere a una localidad rural de Cataluña en donde trabaja una familia de cultivadores de duraznos que resisten estoicamente el asedio de la modernidad (el dueño de las tierras pretende utilizarlas para instalar paneles solares). Cada personaje de esa familia amenazada tiene su historia, su lugar y su peso dramático. Probablemente esté entre lo mejor que se haya visto en esta edición del Festival.

Alcarràs

Otro de los placeres del festival es bucear en sus secciones paralelas, en particular las que que tienen que ver con clásicos restaurados. Es una gran oportunidad para ver esas películas en condiciones ideales. De las varias retrospectivas que ofrece el festival hay que destacar la dedicada a Kinuyo Tanaka, de la que pudieron verse algunos de sus trabajos como directora o otros como actriz para algunos de los más grandes directores de la historia del cine japonés (o del cine mismo). Todo lo programado era extremadamente recomendable pero hay que destacar en particular La vida de Oharu, de Kenji Mizoguchi, del año 1952.

La Sección Hora Cero ya es un clásico del festival, siempre presentado por su Director Artítisco, Pablo Conde, con un entusiamo muy compartido por los asistentes a cada función. Allí pudo verse Los espíritus del la isla, de Martin Mc Donagh (mismo director de 3 anuncios para un crimen), que viene de competir en Venecia y muestra la otra cara de la misantropía imperante, la del humor (muy) negro. Una premisa absurda que se sostiene en un gran guión con diálogos filosos y extraordinarias actuaciones de Colin Farrel y Brendan Gleeson, pero que a la vez queda opacada por un exceso de crueldad que no termina de cuajar.

Queda espacio aún para la sorpresa. En este paseo personal y antojadizo ese lugar fue ocupado por The five devils, de la directora Léa Mysius, protagonizada por la siempre perfecta Adele Exarchoupolos. Una aproximación al género fantástico propia del mejor Shyamalan, ese que prometían sus primeras películas y que en realidad nunca llegó.

The five devils

Recorremos velozmente las películas en competencia.

En Mar del Plata suceden muchas cosas a la vez y el domingo a la mañana (muy temprano) se realiza una maratón que pasa frente al Auditorium. No hay tanta diferencia entre esos corredores y los cinéfilos que salen de una función con el tiempo justo para llegar a otra. La primera es a las nueve de la mañana y la última a medianoche.

Ya mencionamos cuales fueron las primeras películas de la Competencia Internacional estrenadas en el Festival, hoy seguimos el repaso con cuatro títulos más. La oferta es variada. El rostro de la medusa, de Mellisa Liebenthal, es una comedia asordinada con algo de herencia rejmaniana y bastante originalidad en el planteo. Trata de una chica que despierta con una cara distinta y debe adaptarse a esa nueva realidad (ella y todos los que la rodean). Los de abajo tiene algo de western con un (anti) héroe peleando en solitario una batalla muy desigual en tierra de nadie. Como en la ya clásica «Jean de Florette», el acceso al agua es el principal problema, y hasta hay un villano compuesto de taquito por el gran César Bordón. El director boliviano Alejandro Quiroga logra darle carnadura a sus personajes, y se destaca en particular el de Sonia Parada, como Paula, en una escena que parece gratuita y termina siendo clave (y no conviene adelantar) para revitalizar una trama algo previsible. Una particularidad de esta película es que está producida por Francisco Paparella, el director de la ya reseñada Tres hermanos, por lo que de alguna manera compite contra sí mismo. Habría que ver si eso paso alguna otra vez en la historia del festival.

Los de abajo

La película canadiense So much tenderness cuenta con una premisa más que interesante, mostrar a una abogada colombiana que debe huir de su país y rehacer su vida junto a su hija en Toronto, pero se desdibuja a medida que avanza en ese retrato. La uruguaya es otra de las películas argentinas en Competencia, y probablemente la más disfrutable. Está basda en una novela de Pedro Mairal y dirigida por Ana García Blaya. Hay muy buena química en la pareja portagónica, que además está muy bien secundada por el resto de los personajes. Fue producida por crowfunding por Orsai, en una nueva iniciativa de Hernán Casciari (que hasta aparece en un cameo).

Rueda de prensa de «La uruguaya»

Fuera de la Competencia Internacional ocurren también muchas otras cosas que intentaremos reseñar en su momento. Por ahora nos quedamos con lo que sucede en la Competencia Argentina, en donde se destaca Sobre las nubes, de María Aparicio, película coral y en blanco y negro que sigue cuatro historias en el marco de la ciudad de Córdoba (que pasa a ser un personaje más). El cine producido en esa provincia siempre tiene presencia en el festival, cosa que no ocurre con Santa Fe, cuya producción sigue brillando por su ausencia por motivos que siempre vale la pena repensar. Otras películas vistas en esta sección fueron la simpática Te prometo una larga amistad, de Jimena Repetto, que abusa un poco del recurso del making off pero recupera una gran historia, la de la relación de Victoria Ocampo con el poeta rumano Benjamín Fondane, con quien llegó a producir una película (hoy perdida) y Barrio Modelo, documental de Mara Pescio que indaga sobre un misterio familiar y termina hablando de toda una época.

Mención especial, la mayoría de películas reseñadas están dirigidas por mujeres. Sigue la carrera, sin descanso. Queda mucho cine por delante.

Hablando del festival en las radios de Rosario

Cobertura para Vorterix – Rosario Vivo – 2 de Noviembre – La previa

Cobertura para Vorterix – Rosario Vivo – 9 de Noviembre – Viaje a Mar del Plata

Cobertura para Vorterix – Rosario Vivo – 16 de Noviembre – Premios y Encuesta sobre cine argentino

Participacíon en Sábado Ciclotímico de Red TL – 12 de Noviembre – Encuesta sobre el cine argentino

Ahora sí nos metemos con las películas del Festival. En una edición dedicada a Leonardo Favio a 10 años de su paso final a la inmortalidad, algunas de las películas vistas en el inicio coinciden temáticamente con el inicio de su carrera, aunque las inquietudes de sus realizadores sean muy distintas.

Ver Tres hermanos en la primera función de prensa es arrancar con tapones de punta. Una película áspera y muy consciente de su hostilidad. Los tres hermanos del título no son niños pero están muy solos, y no pueden contar con nadie ni siquiera para hablar de lo que les pasa. La segunda película de Francisco Paparella tiene un comienzo brutal y una continuidad angustiante y desoladora que se sostiene desde las actuaciones, la fotografía la banda sonora. Con todo esto logra construir un verosímil a pesar de la acumulación de desgracias y algunos subrayados innnecesarios. El propio director la presentó como un film que no deja a nadie indiferente y eso se cumple en este cruel retrato de la masculinidad tóxica.

Tres hermanos

Réduit, del director suizo Leon Schwitter, se acupa de un niño desamparado que tiene que arreglarse solo. Otro ejemplo del cine misantrópico imperante, ya que al principio el niño en cuestión está acompañado por su padre en un escenario idílico, pero todo indica que habrá que preocuparse. Esa manipulación, más sutil en el inicio y más marcada al final termina resintiendo la trama y dejándola tan en medio de la nada como sus protagonistas. Por otra parte son excelentes tanto la fotografía como las actuaciones.

Réduit

Un probable antídoto para tanto cine misántropico a la moda sea ver el mediometraje de Alice Rohrwacher, Las pupilas, programado (fuera de competencia) junto a otros cortos de los que hablaremos en próximas entregas. La directora italiana, una de las voces más interesantes del cine actual, logra una vez más hacer equilibrio entre la tradición del cine italiano y una mirada que lo actualice, como en la extraordinaria Lázzaro felice, y como en ella y otros trabajos previos (en particular su debut) la religión católica está en el centro, aunque el corazón de este nuevo trabajo está en sus protagonistas, niñas de un orfanato en la segunda guerra mundial que soportan con resignación la vida que les tocó, llena de absurdos que nunca se subrayan.

Y así, con pupilas llenas de cine, continuaremos con este viaje en las próximas entregas.

Las pupilas

La sala Astor Piazzolla, a pleno.

No vamos a hablar aún de las películas del Festival, primero hay que hablar de un evento que es mucho más que sus películas. Un festival como este se hace con cine pero también con gente ávida de cine. El cine es una experiencia colectiva, y ver las películas de las últimas ediciones en soledad y a distancia es bastante mejor que nada pero deja de ser una experiencia y se transforma en el resumen de esa experiencia.

La sala Astor Piazzolla, epicentro del festival, tiene capacidad para 1046 personas. Aún así es difícil conseguir un lugar, y en las otras salas sucede lo mismo. Es palpable el fervor por ver cine en el cine.

Salida de la función de «Un beau matin» de Mia Hansen-Love

No hay distinción entre películas en competencia o muestras paralelas. En el Teatro Colón se pueden ver clásicos japoneses de los años ´50 y ´60, y siempre vale la pena salirse un poco de la agenda de «lo que hay que ver» para permitirse esas lateralidades que bien pueden terminar siendo lo mejor del festival. También se programa allí una función gratuita de «Seremos millones», documental sobre el regreso de Evo Morales a Bolivia, con la presencia del propio Evo. Mucha gente se queda afuera.

No es fácil tampoco conseguir un lugar para asistir a la charla de John Mc Tiernan, director de la mítica «Duro de matar» y otros clásicos de los años ´90. Esas figuras invitadas se podrían tomar como ejemplo del amplio espectro del festival, pero ambos coinciden en sus discursos. Morales pone el énfasis en señalar que hay otro modelo económico mejor que el capitalismo, Mc Tiernan critica duramente al Hollywood de los últimos 20 años, dominado más que nunca por el dinero y el margen de utilidad y conecta esto con el auge del cine de superhéroes, calificándolo como material fascista. No tan distintos entonces, siguen luchando contra los depredadores y son difíciles de eliminar.

Gente que quedó afuera de la función gratuita de «Seremos millones»

Toda esta ebullición es más importante que nunca hoy, viniendo del parate de la pandemia y yendo (¿inexorablemente?) a un mundo de películas consumidas en plataformas hogareñas, con cine en sala pensado casi exclusivamente para peces gordos. Por eso dejamos el análisis de la películas para futuras entregas. Detenerse a pensar y esquivar hegemonías se vuelve prioridad. La postal de la hermosa (y enorme) sala del Auditorium vacía debe quedar atrás y quedar como la muestra de un pasado superado (por ahora).